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En este episodio me meto hasta el fondo en la metaficción de Alan Wake 2 y en su pregunta más incómoda: ¿quién escribe a quién cuando el autor entra en su propia obra?

Parto de un detalle que no me suelta desde 2023: Sam Lake interpreta a Alex Casey, un personaje que, dentro del juego, fue creado por Alan Wake… que a su vez fue creado por Sam Lake. A partir de ahí, tiro del hilo: Max Payne con la cara de Lake, el Remedy Connected Universe, la metalepsis, el pseudónimo Sami Järvi → “Sam Lake”, y el mantra final del juego: “No es un bucle. Es una espiral.”

Analizo cómo Remedy convierte su propio desarrollo (trece años) en texto jugable; cómo Control y Quantum Break difuminan los bordes entre imagen real y videojuego; por qué Lake admite que consulta wikis de fans (igual que Alan consulta sus páginas) y qué implica eso para la autoría, la identidad y el papel del jugador como coescritor.

Hablamos de Borges, Pirandello, Unamuno, Calvino y de la “muerte del autor” de Barthes aplicada a un medio interactivo. ¿Puede “Sam Lake” —marca pública y traducción de Järvi— existir fuera de sus ficciones? ¿Dónde termina la persona y empieza el personaje cuando el creador actúa dentro del juego?

Si te interesan los videojuegos que piensan sobre sí mismos, el diseño narrativo, la identidad performativa y esa línea borrosa entre realidad y ficción, este episodio es para ti.

Gracias por apoyar Level Up! y hacer posible estos ensayos largos. No es un bucle: es una espiral.